En StormStudios nos gusta vernos como traductores, traduciendo un acontecimiento sonoro -la música del álbum- en un acontecimiento visual -la portada. Nuestros diseños son con frecuencia una especie de respuesta, acaso un eco, de lo que hacen los músicos, pero si bien nuestras obras están dirigidas a los ojos y las de ellos a los oidos, al final ambos estamos dirigiéndonos a la imaginación.
Construimos esculturas; montamos puestas en escena; empleamos animales; desplegamos escenarios; creamos historias; contratamos actores, acróbatas, dobles y mujeres magníficas... lo que sea necesario. Y finalmente localizamos el sitio ideal en alguna remota y extraña locación. Todo es cuidadosamente orquestado, pero en su proceso, el diseño se deriva a menudo de forma espontánea u orgánica.
Hacemos lo mejor para ser originales y para relacionarnos con la música que deseamos representar fielmente, aunque no siempre de manera directa. Anhelamos dar un toque de ambigüedad, un poco de misterio o confusión. Queremos pensar que nuestros diseños son claros en contenido pero requieren, igual que la música, un segundo vistazo.
Las imágenes emergen de la mente de individuos pero también del pensamiento grupal después de escuchar repetidamente un álbum, de muchas conversaciones y de un inmenso intercambio de ideas. Los bocetos se hacen con palabras y frases. Lentamente las ideas comienzan a tomar forma. Primero se dibujan velózmente con lápiz; después se repasa, enmienda y redibuja hasta que tenemos bocetos bastante claros -unos ocho, todos diferentes- que se someten a consideración de los músicos. La idea seleccionada entonces se ejecuta para volverla real.
Los álbumes y sus portadas están ligadas y en perpetua asociación, pero no son dependientes. Uno puede amar su álbum favorito e ignorar fácilmente la portada. Con esta exposición le invito a hacer -al menos por un momento o dos- lo inverso. Ahora la música no es para los oídos, sino para los ojos.
Storm Thorgerson
sábado, 21 de junio de 2008
Música Para Los Ojos

Colores y Formas Como Sonidos
Las portadas de discos son más que cubiertas con información sobre la música que en el interior late en espera de cobrar vida; son extensiones de esos sonidos; interpretaciones gráficas de una obra sonora y de un momento determinado en la vida de un compositor, solista o un grupo; herramientas seductoras y provocativas, crisol donde se funden distintas artes. Las portadas son cartas o retratos que nos remiten al ayer. Sirven como credenciales que señalan los gustos de quien atesora grabaciones y son, en el caso de esta exposición, enigmas que se desprenden de sus velos.
Música para los ojos es el reconocimiento que el Auditorio Nacional brinda a Storm Thorgerson, extraordinario artista que durante cinco décadas ha puesto su talento al servicio de un proyecto singular: que los sonidos se puedan esparcir en el papel para ser capturados por la mirada. Las más de cincuenta portadas en esta exhibición permiten apreciar en toda su magnificencia lo que el artista concibió sin limitarse a formatos amplios como el long play o mas limitados como el disco compacto, Aquí el espectador puede pasear y con un poco de atención descubrir los múltiples guiños que habitan tanto en las zonas luminosas como en las oscuras.
Más que ilustrar, Storm Thorgerson crea universos que se ensamblan de manera delicada y precisa con la música, con los sueños de autores e intérpretes. Con la presente muestra -donde hay imágenes de grandes figuras del rock como Pink Floyd, Black Sabbath, Ian Dury & The Blockheads, Anthrax, Led Zeppelin y The Mars Volta, entre otros-, este centro de arte y cultura, atento a las más diversas manifestaciones artísticas relacionadas con el mundo del espectáculo, ofrece la oportunidad de dar lectura amplia y renovada a obras de arte que nacieron en la imaginación y hoy se perciben conla vista, el oído y la reminiscencia.
Auditorio Nacional
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