lunes, 28 de junio de 2010

Los Chorros del Varal (Los Reyes de Salgado, Mich.)



La Cañada Que Llora
La Hacienda La Mancuerna, propiedad de la familia Barragán, era de las más prósperas de la tierra caliente. La caña de azúcar que de allí salía bastaba para abastecer a la región de Uruapan y exportar a Morelia, ciudades donde la tradición dulcera se hallaba en auge. Cuatro generaciones se contaban ya entre los hacendados y entre sus peones, no mejor ni peor tratados que los de cualquiera de la época (lo cual quiere decir que vivían bastante mal). No eran los Barragán gente que se hiciera de enemigos, tampoco eran de los que se daban a querer por el pueblo. Eran gente trabajadora y pacífica.
Hasta que nacieron las hijas de Antonia. Antonia era nieta del primer Barragán que llegó a Los Reyes, Michoacán. Como sus padres no habían podido tener más que una hija, pues fue ella, Antonia, la que heredó la riqueza de los Barragán y la obligación de administrarla. Cuentan que era una mujer a la que no le gustaba que nadie le diera órdenes. Por eso no se casó jamás, pero tuvo muchos amantes. La gente del pueblo no la quería, pero como era la patrona, la respetaba a regañadientes. Antonia no ocultaba sus novios. Los usaba cuando quería y cuando ya no los quería, los cambiaba.
De un novio que Antonia tenía entre los peones le nació Esmeralda, la hija mayor, cuyos ojos negros estaban hechos sólo para causar hechizos y estro-picios.
De un novio distinto le nació Rubí, cuya sonrisa haría que más de alguno perdiera la calma, la confianza y luego la paciencia.
De otro novio, dicen que uno francés o alemán, le nació Perla, la más bella de las tres hijas de Antonia.
Las niñas no se parecían en nada entre sí, salvo porque eran insensatamente atractivas. La única otra cosa que tuvieron en común fue el trágico destino al que parecían estar obligadas desde el momento de nacer.
De pequeñas, Esmeralda, Rubí y Perla crecieron dentro de la hacienda de su madre sin hacer jamás ningún viaje salvo para ir al pueblo de Los Reyes para escuchar la misa. Cuando ya la mayor era muchachita, la madre dispuso que para que fueran hallando un novio era bueno llevarlas a las ferias y las fiestas de otros pueblos. Las niñas conocieron Uruapan, Zamora y hasta Morelia, en un viaje largo que hicieron cuando la menor cumplió trece años. En cada fiesta las tres hijas de Antonia eran de las más solicitadas para permitir una danza. Jamás faltaba un joven enfebrecido que les pidiera que guardaran un pañuelo como prenda de amor.
Cuando Perla llegó a los quince Esmeralda ya tenía dieciocho y estaba más que lista para ser casada, Antonia decidió hacer una fiesta en su casa de Los Reyes. A pesar de los pocos lugares que habían pisado, la fama de las niñas Barragán ya era conocida en toda la tierra caliente. A la fiesta en Los Reyes asistieron jóvenes venidos de Michoacán y Jalisco. Parecía ser una ocasión de lo más feliz, pero no fue así.
Durante la fiesta, Antonia recibió muchos ofrecimientos para casar a sus hijas. Eran más de tres los padres de algún muchacho enamorado que ya le había echado el ojo a alguna de sus hijas. La situación no era normal. Se hizo evidente que las tres niñas Barragán habían estado recibiendo pañuelos y muestras de amor de cuanto joven suspiraba por ellas, sin jamás matar ilusiones o elegir a alguno por sobre los otros.
La incómoda situación llegó a un punto máximo cuando las jovencitas fueron obligadas a decidir por los padres de los jóvenes enamorados y por la madre (Antonia) confundida. Ante la presión, las tres muchachas optaron por no elegir a nadie, sino pedir tiempo para esperar.
Pero los enamorados no esperan. Hubo uno que se quiso robar a Rubí y mientras otros lo impedían, no faltó el que le echó el guante a Esmeralda o a Perla. En una sola noche, sin que nadie supiera quién o por donde, en medio de una balacera descomunal donde hubo muchos hombres muertos y heridos, las tres hijas de doña Antonia Barragán desaparecieron.
La madre salió la misma noche a buscarlas, pero algo debió pasarle porque nadie la volvió a ver. Cuenta la leyenda que alguien le había avisado que sus hijas iban rumbo al sur, obligadas por un hombre y juntas. Persiguiendo la ilusión, doña An-tonia buscó por meses. Como jamás encontró a ninguna, se regresó a su casa a llorarlas y justamente debajo de las tierras de los Barragán nacieron poco después tres chorros de agua. La gente decía que era el llanto de la madre por cada una de sus hijas.
El lugar hoy día se conoce como Los Chorros del Varal (la plantación de caña).

Bernabé Pérez


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Huelga Ferrocarrilera



Hammer The Hermit

Black Sabbath



Hammer The Hermit

Todavía cae la lluvia, los velos de oscuridad cubren los árboles ennegrecidos, que se mueven por una violencia invisible, dejan caer sus hojas, y doblan sus ramas hacia una tierra gris como un ave con las alas cortadas. Entre las hierbas, las amapolas sangran antes de una muerte gesticulando, y los conejos jóvenes, nacidos muertos en trampas, permanecen inmóviles, como guardando el silencio que rodea y amenaza con extenderse a todos los que quieran escucharla. Silenciió las aves, se cansó de repetir los terrores de ayer, se amontonan en los recovecos de rincones oscuros, las cabezas se volvieron al cisne, negro flota hacia arriba en una pequeña piscina en el hueco. Surge de este grupo una neblina tenue sensual, que traza su camino ascendente para acariciar los pies de la estatua de astillas sin cabeza del mártir, cuyo único logro fue a morir poco a poco, y que no veía la hora de perder. Una larga noche negra comienza, y aún así, junto al lago una joven espera, sin poder verse ell misma, sonríe, débilmente suena una campana a la distancia, y la lluvia sigue cayendo.

Still falls the rain, the veils of darkness shroud the blackened trees, which contorted by some unseen violence, shed their tired leaves, and bend their boughs towards a grey earth of severed bird wings. among the grasses, poppies bleed before a gesticulating death, and young rabbits, born dead in traps, stand motionless, as though guarding the silence that surrounds and threatens to engulf all those that would listen. Mute birds, tired of repeating yesterdays terrors, huddle together in the recesses of dark corners, heads turned from the dead, black swan that floats upturned in a small pool in the hollow. there emerges from this pool a faint sensual mist, that traces its way upwards to caress the chipped feet of the headless martyr's statue, whose only achievement was to die to soon, and who couldn't wait to lose. the cataract of darkness form fully, the long black night begins, yet still, by the lake a young girl waits, unseeing she believes herself unseen, she smiles, faintly at the distant tolling bell, and the still falling rain.

Black Sabbath Album (1970)

Los Tepetatles o los Beatles mexicanos




Que podríamos decir de esta banda, que si la pudieramos poner en estos años y hablar de ellas con las palabras que ahora usamos, bien pudieramos decir que no cumplen con el apelativo de pertenecer al "mainstrem", sino más bien al "indie", de aquellos entonces; "esos entonces" corresponden al año de 1965, en donde no había cabída para una agrupación así, si existe la famosa frasesita de "se adelantaron a su época"; estos SEÑORONES lo hicieron así.

Y es que hablar de ellos, es de hablar de todo un mundo tan complejo, como sus integrantes y sus actividades, que en si la música y explicitamente Los Tepetatles fue su punto de reunión.

Los Tepetatles, donde estaban Carlos Monsiváis, Chava Flores, Julián Bert, Alfonso Arau, José Luis Cuevas... ¡SI!, un escritor y critico cultural por más conocido, Monsiváis; un, hasta esos momentos desconocido del rock, pero que tocará más adelante con Bill Haley, además de The Comets y Big Joe Turner, Bert; un estudiante de Contador Público de la ESCA de la UNAM que se jactaba de cualquier cosa, Flores; un insipiente bailarín clásico y moderno, mimo, comediante, director y escritor de cine, ex-estudiante de Medicina de la UNAM, Arau; y por último un dibujante, grabador y escultor de formación esencialmente autodidacta, Cuevas.

El rock no es sólo la música, es una actitud contracultural, implica una forma de vida. En este momento hay otra actitud de parte de los chavos, estos; los cuales toman lo que hacen desde otro punto de vista, otra actutud y otra visión de lo que los "ñoños" hacian.



1.- The Tepetales, una rockumbiaska a go-go, je!; en la cual nos da una presentación de la agrupación con la más pura manera de manejar el caló de aquel entonces.

2.- Cordobés, un flamenco, igual a go-go con tintes de lo que después se conocería como surf; en la cuál y como todos en aquel entonces le cantan a su Torero favorito en turno.

3.- Zona Rosa, una baladita, basada en un piano al más puro estilo de las grandes bandas; en donde nos hacen un recorrido por la Zona Rosa de aquellos días, dando a notar su "moda" y haciendo un pequeño sarcasmo sobre la misma.


4.- Que te pique el Mozambique, un rock´n´Roll a go-go; donde se dan vuelo al doble sentido; genial para quien quiera conocer como reirse sin decir tanta babosada. Recomendada.

5.- El último romántico, otra balada por más melosa y de como aventarsele a una morra, pero no de la manera típica de la epoca en cuanto a las palabras pero si al modo. A mi punto de vista una canción fuera de foco a la finalidad del disco.

6.- Sitting, Rock'n'Go; musicamente buena canción, en cuanto a la letra pues, es como una oda a la "sentada".

7.- Rockturno, un Rocksito bien efectivo, bien pudieran haber sustituido la canción #5 por esta, ya que la finalidad es la misma pero esta si esta efectiva en cuanto a letra, estilo y ritmo. Comparando a una chica con una "batedora".

8.- Teotihuacan a Go-Go, rock'n'roll progresivo prehispanico, jaja esta definición fue una... imaginense a alguna rola del primer disco de Café Tacuba y metanle al a go-go, y así se oira.

9.- Snif snif gulp gulp, un a go-go; donde se oye con una rara finura en la ejecución aunada con una dizque melancolina y "trabalenguosa" canción, de lo que piensa un dejado.

10.- Tlalocman, ¡SI!, si recuerdan el primer disco-demo de Botellita de Jerez, viene un versión de esta canción, y pues esta es la original, y pues si uds. son de los que cren que el Chapulin Colorado, Calzontzin o Kaliman son los unicos heroes mexicanos, y no tenemos quien le llegue a Superman, Batman o esos; aqui tenemos a Tlalocman.

11.- Los Monstros, canción sacada como de una pelicula del Santo, y el soundtrack hecho por el Tío Gamboín; arbol genealogico de la famillia de cualquiera, je!.

12.- El Peatón estaba muerto y el semáforo lloraba, definitivamente la canción más divertida del disco y podría decir que lo que he oido de esa decada (50's - 60's). Tiene todo, buena música, letra, dinamismo; tan solo por el titulo; habla de lo que sucedia cuando ocurria un atropello, me recuerda a cierta viejita latosa en una pelicula de Pedro Infante, se van a reir un buen rato.

Archivo del Rock Mexicano

El Capitán Fantasma

¿Quén no recuerda al “Capitán Fantasma”, el archiconocido malandro de las décadas de los cincuentas y sesentas? (Aclaro a los lectores foráneos que “Malandro” es un término local muy popular para designar al malandrín, al malhechor).
En Torreón, sus fechorías, sus encarcelamientos y sobre todo, sus fugas de prisión, fueron legendarias. El tipo en cuestión se llamaba Santiago Reyes Quezada, y nació en 1922. Originalmente se dedicaba a robar radios de automóvil disfrazado de capitán del ejército, motivo por el cual recibió el sobrenombre de “Capitán”. Cuando era atrapado, buscaba por todos los medios ser llevado a algún hospital, para fugarse desde ahí. Por su facilidad para ejecutar las evasiones, recibió el mote de “Fantasma”. Así que por sus características y habilidades, este maleante era conocido como “El Capitán Fantasma”.
En 1958, una ola de cuantiosos robos sacudió a Torreón, y eran tan inexplicables, tan limpiamente realizados estos latrocinios, que la policía local se los atribuyó al Capitán Fantasma, de quien se sospechaba que residía en La Comarca Lagunera.
El 18 de julio de 1959, el Capitán Fantasma fue puesto a disposición de las autoridades de Torreón, luego de una persecución verdaderamente Holywoodesca, que le causó al famoso hampón heridas de bala en las piernas. Por esta razón y por otras que tenía en mente, el Capitán Fantasma se negaba a comer y comenzaba a adelgazar.
Durante agosto del mismo año, el preso fue llevado al Hospital Civil de nuestra ciudad para ser atendido de la infección y debilidad que presentaba. El enfermo estaba encamado, y tenía la mano derecha esposada a la cama. A la vez, era custodiado por varios policías. Aún así, logró escaparse gracias al soborno, según se comentaba. Fue tal el alboroto causado por la nueva fuga, que trescientos policías se dieron a la tarea de buscarlo por toda la comarca, incluso en las terminales de transportes foráneos.
Fue tal el desconcierto de las autoridades ante esta nueva fuga, que al día siguiente ofrecieron una recompensa de cinco mil pesos a quien aportara información que pudiera ser útil para la captura del maleante.
El Capitán Fantasma solía ser bastante creativo para ejecutar sus robos, asaltos y fugas. Se fabricaba placas “oficiales” para su coche, e incluso lo pintaba como patrulla. En alguna ocasión, la mala ortografía le jugó una mala pasada por pintar en su vehículo la palabra “Polecía” en lugar de “Policía”. En 1965 estaba preso en Puebla, y prácticamente todos los estados de la federación lo reclamaban para ser enjuiciado por delitos cometidos en sus jurisdicciones. Pero el Capitán Fantasma no duraría mucho, en julio de ese mismo año se había comprobado que padecía un avanzado grado de tuberculosis.

Fuente: "El Informador" (Guadalajara, Jalisco) varias fechas.